jueves, 2 de mayo de 2024

Chile: crimen y provocaciones en el sur


El sábado 27 de abril fueron encontrados muertos tres carabineros en la región de la Araucanía, en el sur de Chile. Habían sido baleados y luego quemados dentro de su patrullero. 
 La policía chilena detuvo a tres personas por no tener su documentación personal al momento de requerírseles en un control y les atribuyen el hecho. Medios políticos y policiales apuntaron de inmediato contra la comunidad mapuche Arauco Malleco, de fuerte presencia en la zona, aunque no hubo reivindicación del atentado. Boric calificó el hecho como un atentado terrorista. Pero los medios periodísticos informan también que se registra una presencia creciente de mafias dedicadas al contrabando de madera y drogas.
 La Araucanía, en el sur de Chile es una región de profundo conflicto que el régimen no puede resolver. Poderosos intereses forestales colisionan con la población mapuche que viene siendo ininterrumpidamente desplazada desde la colonización en 1850.
 Tendenciosamente se sugiere que el ataque sucede la misma semana en que la justicia declaró culpable de “usurpación violenta de predio”, hurto y “atentado contra la autoridad” a Héctor Llaitul, líder de la Coordinadora Arauco-Malleco, uno de los grupos que se atribuyó asaltos incendiarios en el pasado. Llaitul podría recibir hasta 25 años de cárcel en una sentencia que se dictará el 7 de mayo. 
 El presidente Boric decretó el toque de queda desde las 0 horas a las 7 en la región. El ex candidato derechista José Antonio Kast exigió la declaración de estado de sitio en todo el país, así como la renuncia de varios miembros del gabinete.
 En 2021 Piñera decretó el estado de emergencia de toda la zona de la Araucanía. Boric, cuando asumió el cargo de presidente en marzo del 2022, había prometido levantar ese estado de excepción. En su opinión, sólo escalaba el conflicto. En el inicio de su gestión, Boric retiró a los militares desplegados por Piñera, pero dos meses después ordenó su regreso. Desde entonces mantiene la región militarizada. 
 El conflicto mapuche con la industria forestal es de larga data. El Estado perpetúa el conflicto al apoyar a los empresarios forestales, lácteos y agrícolas y culpar a los mapuches por sus acciones de defensa de sus territorios. La Araucanía tiene el mayor índice de pobreza del país. 
 La ministra de Seguridad argentina Patricia Bullrich envió sus condolencias por las muertes de los tres carabineros a sus pares chilenos. Días antes había denunciado la presencia de células de Hezbollah en territorio chileno, mediante información que habría obtenido de la agencia de inteligencia israelí, el Mossad. 
 Bajo las órdenes de Bullrich, durante el gobierno de Macri, fueron asesinados Santiago Maldonado en Chubut y Rafael Nahuel en Villa Mascardi. Ahora, como integrante del gobierno de Milei impulsó la extradición Facundo Jones Huala que completará su condena dictada por la justicia chilena. También celebra las detenciones de Gonzalo Coña, herido en el desalojo de Villa Mascardi y Matías Santana, compañero de Santiago Maldonado . “Basta de terroristas disfrazados de mapuches” expresa. Hay una campaña de provocaciones a ambos lados de la Cordillera, en favor de intereses capitalistas poderosos. 

 Elena Florín
 01/05/2024

Estados Unidos: policía y bandas sionistas atacan a los piquetes universitarios


El gobierno de Joe Biden se ha puesto al frente de la ofensiva contra los estudiantes norteamericanos que defienden la causa palestina y denuncian la complicidad de su gobierno con el genocidio en Gaza y Cisjordania. Orillando el ridículo, Biden declaró mayo como “el mes del Patrimonio Judío Estadounidense” y afirmó “el antisemitismo no será la historia de nuestro tiempo”, mientras la policía detenía a unos 300 miembros de una organización antisionista, la Jewish Voice for Peace (Voz Judía por la Paz) que celebraban un seder de Pesaj frente a la casa del jefe del bloque demócrata en el Senado, Chuck Schumer. En la mayoría de las universidades, estudiantes y organizaciones judías codirigen la rebelión de los campus contra el genocidio sionista. No hay cómo imputarles antisemitismo.
 En la noche del lunes, la policía de Nueva York, entrenada por la policía israelí, del mismo modo que la de Buenos Aires, Santa Fe y tantas otras de la Argentina, desalojó brutalmente el Hamilton Hall del campus de Columbia, que los estudiantes habían ocupado y rebautizado Hind Rajab, un nene de seis años asesinada junto con su familia en Gaza. Durante medio siglo, los estudiantes se han atrincherado allí en sus grandes combates contra la guerra de Vietnam y el apartheid en Sudáfrica. Las autoridades habían cerrado el campus por completo, incluso para la prensa, y había anunciado que comenzaría la expulsión de quienes permanecieran allí. 
 Por otra parte, grupos sionistas presentaron una demanda colectiva contra los administradores de Columbia por no desmantelar el campamento y “negar así a los estudiantes judíos un entorno seguro para el aprendizaje”, hecho desmentido por infinidad de testimonios de alumnos judíos. 
 Los demócratas también pidieron el desalojo. El lunes, una delegación de demócratas del Congreso, que incluía al líder de la mayoría de la Cámara de Representantes Steny Hoyer y al líder de los juicios políticos contra Trump, Adam Schiff, envió una carta al Consejo Directivo de la Universidad de Columbia exigiendo que tomaran medidas contra los estudiantes o renunciaran: “El tiempo para las negociaciones ha terminado, el tiempo para la acción es ahora”, amenazaron. 
 Al desalojo de Columbia “siguieron refriegas, detenciones y se cancelaron clases en al menos 25 campus de 21 estados del país” (CNN 1/5). En Los Angeles el campamento de la UCLA fue atacado durante la noche con bombas incendiarias y a palazo limpio por una patota con banderas de Israel ante los ojos de la policía, que se limitó a filmar el ataque. Horas después, desalojaron a los estudiantes. La UCLA “prefiere vernos muertos a desinvertir” en las empresas israelíes, denunció después un comunicado el People's City Council, el colectivo de organizaciones que sostenía el campamento de solidaridad con Palestina de la UCLA. “Fuimos atacados con garrafas de gas, gas pimienta, ladrillos y bombas incendiarias durante toda la noche”, dicen. 
 En la Washington University de Sant Louis, entre los detenidos está la candidata presidencial del Partido Verde, Jill Stein, una judía de 75 años, que aunque tiene un par de costillas averiadas enfrenta cargos por golpear a la policía, del mismo modo que un centenar de estudiantes. La revuelta estudiantil es tan virulenta que las autoridades académicas, atenazadas por el gobierno y el lobby sionista por un lado y por las exigencias de que respeten la libertad de expresión, solo creen que la llegada de las vacaciones puede descomprimir la situación. 
 Las protestas en todo el país develan un giro histórico de la juventud y amplios sectores “progresistas” que habitualmente votan al partido Demócrata. Esos estadounidenses “que abrazan la causa palestina como nunca antes, conjurando presiones políticas que podrían desafiar el apoyo bipartidista a Israel, establecido desde hace mucho tiempo” (CNN 1/5).
 Las protestas, además, “están inyectando un nuevo elemento incendiario en un año electoral que ya amenaza con llevar la unidad nacional a un punto de ruptura” y se han convertido “en el último punto álgido del debate interno demócrata sobre la guerra”.
 Donald Trump no pierde oportunidad de criticar la ineficacia de Biden para aplastar al movimiento estudiantil: "Tenemos que detener el antisemitismo que está invadiendo nuestro país en estos momentos, y Biden tiene que hacer algo", dijo a la cadena Fox. Trump es apoyado por grupos supremacistas blancos que afirman que los judíos están tratando de apoderarse de Estados Unidos. 
 Los republicanos de la Cámara de Representantes, que impulsaron las requisitorias a las autoridades académicas de las universidades y precipitaron la renuncia de las presidentas de Harvard y Pennsylvania, ahora han iniciado una investigación so capa de la discriminación a estudiantes judíos con el objetivo de impedir que sigan recibiendo subvenciones federales. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, prometió utilizar «todas las herramientas disponibles» para presionar a las universidades. Johnson estuvo acompañado por los presidentes de seis comités con jurisdicción sobre una amplia gama de programas gubernamentales, incluidas las becas de la Fundación Nacional de Ciencias, las becas de investigación sanitaria, los visados para estudiantes internacionales y el código fiscal de las universidades sin ánimo de lucro. Ya están citados a declarar en mayo los administradores de Yale, UCLA y la Universidad de Michigan (AP 1/5).
 “La verdadera cuestión es si los demócratas pueden volver a presentarse como la mano firme al timón”, dijo Dan Sena, un veterano estratega demócrata. “Cosas que crean un caos nacional como ésta hacen que eso sea más difícil de hacer”. 
 Las escaramuzas electorales fueron dejadas de lado la semana pasada, cuando republicanos y demócratas votaron juntos un proyecto de ley con un presupuesto descomunal que Biden promulgó el fin de semana pasado para financiar la guerra entre Estados Unidos y la OTAN contra Rusia, el genocidio en Gaza y el conflicto en desarrollo con China. 
 El programa de la guerra imperialista, como todas las que la antecedieron, tiene como condición indispensable cancelar los derechos democráticos de quienes se oponen a ella. Pasa en Nueva York, en París, en Berlín, en Roma.

 Olga Cristóbal
 01/05/2024

domingo, 28 de abril de 2024

Cuando emigrar es la salida: silenciosa crónica de un Uruguay que se vacía

Después de 14 años de «balance migratorio positivo» en Uruguay, en 2023 se fueron más de los que llegaron. La intención de partir está en niveles más altos que en la crisis de 2002, según el Latinobarómetro. 

 La crisis del 2002 fue un parteaguas tanto a nivel institucional como social, dejando serias heridas que al día de hoy siguen supurando. Migración en masa, suicidios, alta tasa de desempleo, pobreza y marginalidad: la entrada de la pasta base de cocaína al país; el tejido social desgarrándose. 
 Entretanto, pasaron tres gobiernos del centroizquierdista Frente Amplio, que mejoró las condiciones de vida, pero que no hizo temblar las raíces de los árboles, como prometió en su momento. 
 Hoy, en un mundo pospandémico y localmente con un gobierno neoliberal que solo apunta a que Uruguay sea un país agroexportador, primarizado, benefactor de las grandes familias empresarias de este país, concentrador y corrupto, los uruguayos arman sus valijas. Un sistema que no garantiza paraísos en otras latitudes, pero garantiza escapar de esta rutina de horizontes grises.
 ¿Qué razones llevan a un uruguayo a querer irse? Falta de oportunidades laborales; horizontes para crecer; costo de vida – asociado a varios factores como formar una familia, sostenerse mes a mes, desarrollarse en un emprendimiento o proyecto; inseguridad. 
 El Salario Mínimo Nacional en Uruguay es de $ 22.268 que equivalen a unos 590 dólares. Pareciera ser uno de los mejores sueldos mínimos de Latinoamérica, pero el costo de vida también es uno de los más altos del continente. Existen los que se denominan “los veinticinco mil pesistas”. Más de medio millón de uruguayos que viven mes a mes con ese salario y que apenas superan el sueldo mínimo.
 Recientemente el Instituto Nacional de Estadística (INE) difundió los datos de pobreza 2023 que también nos da una pista de por qué tantos uruguayos buscan su futuro en el aeropuerto.
 La pobreza en 2023 fue 10,1% (unas 348 mil personas), estable en relación a 2022 (9,9%, variación dentro del margen de error), aunque todavía está 1,3% por encima de 2019 (8,8%). Es decir, que la situación ha empeorado luego de la pandemia y no hay un panorama optimista. 
 El Fondo Monetario Internacional (FMI )proyectó que Uruguay crecerá un 2.3% en el 2024, uno de los cinco peores guarismo para países de Latinoamérica. Eso si el FMI acertara en sus pronósticos, ya que mayoritariamente infla los números de los países amigos, seguidores de sus políticas y recomendaciones, y rebaja el de los enemigos. Así que seguramente el crecimiento sea menor que ese 2.3%
 La pobreza infantil sigue siendo uno de los grandes debes y falencias de Uruguay. La misma alcanza al 20,1% de menores de 6 años (sin cambios estadísticos respecto a 2022). En un país donde la natalidad sigue en picada, las infancias que llegan lo hacen en contextos precarizados. Una quinta parte de los niños nace prácticamente condenada a vivir en condiciones desfavorables.
 Por otro lado están las cárceles, reflejo perfecto de cualquier sociedad. Uruguay, que otrora supo ser “la Suiza de América”, “la sociedad hiperintegrada” del período entreguerras, esa sociedad que se autopercibe solidaria y calma, encierra en su seno mucha violencia. 
 Desde femicidios, suicidios, accidentes de tránsito pasando por varios delitos, la sociedad uruguaya se vincula de manera cada vez más violenta. El paradigma punitivista de más cárceles, más delitos y más penas fracasó. Pero tanto por izquierda como por derecha, esa concepción es transversal. Salvo contados casos y/o propuestas. 
 De acuerdo con datos de la Oficina del Comisionado Parlamentario para el Sistema Penitenciario, Juan Miguel Petit, en Uruguay hay unas 15 mil personas privadas de libertad, lo que significa que por cada 230 habitantes, uno vive dentro de una cárcel. 
 El pequeño país sudamericano de apenas 187 mil kilómetros cuadrados y unos tres millones de habitantes, sufrió un aumento en la tasa de homicidios. Entre 2021 y 2022 este delito creció 25,8 %, lo que sitúa al país en 11,2 homicidios por cada 100.000 habitantes. Las estadísticas señalan que cada día 26 personas recuperan la libertad y el 50% termina en la calle. 
 Muchos uruguayos andan buscando otros cielos, mientras otros tienen el cielo como techo, ya que siguen aumentando las personas en situación de calle. Dos caras de una misma moneda: un presente y una realidad que no se soporta. Un buenvivir que se busca en otras latitudes, donde muchas veces es simplemente entrar en la rueda del consumo sin mirar los precios y otras veces es vivir con dignidad cuando en tu propio suelo no se concreta. 

 Nicolás Centurión | 06/04/2024 

 * Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP).Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la) 
 Fuente: https://estrategia.la/?p=21230

Libertos, la universidad no es un supermercado


Bajo la consigna “Conocimiento es soberanía”, investigadores y universitarios de la ciudad de La Plata participan del paro contra las políticas del Presidente Javier Milei, 25/1/2024. 

En 2024, gran parte de América Latina se encuentra en un escenario sociopolítico (no económico y menos militar) similar al que describimos sobre Estados Unidos en 2004. Nada extraño, si consideramos (1) su condición de neocolonia, asegurada por (2) su tradicional clase oligárquica, por (3) sus no menos tradicionales medios, con sus periodistas y sus intelectuales orgánicos; y (4) por el fanatismo de una parte significativa de su juventud, brutalizada por los medios fragmentadores de las redes sociales, todas plataformas en manos de los multibillonarios del Norte. 
 En Argentina y en otros países del Sur, las universidades públicas (y su autonomía) están bajo ataque, como casi cualquier servicio público, objeto de deseo del privatizador. El presidente Milei publicó que “La educación pública ha hecho muchísimo daño lavando el cerebro de la gente” y su vicepresidenta, Victoria Villarruel, lo confirmó con una pregunta adulatoria: “¿Coincidís con las palabras del presidente Milei sobre el adoctrinamiento que se hace desde la educación pública?” Con complejo de esclavista y de hacendado citadino, el youtuber, ex peronistay diputado liberto Ramiro Marra llama vagos a los trabajadores que protestan en las calles, el mismo que meses antes recomendó vivir de los padres, porque nuestra existencia se debe a que ellos “estaban aburridos” y deben pagarlo con “financiamiento gratis”. La diputada Lilian Lemoine, luego de dedicarse al Photoshop y a los videos pornos donde un hombre la obliga con una pistola a chuparse un control de videojuegos (“Siento el sabor de Mario en mi boca”) poco después le da lecciones sobre pedagogía a quienes llevan años enseñando, al tiempo que cuestiona si se les debe pagar a los docentes por “no hacer su trabajo”. Es la dictadura del lumpenado.
 Ahora, envalentonados por la nueva inquisición, miles de jóvenes y adultos que no tuvieron mucha suerte en el sistema académico han salido a acusar a la educación media y superior de adoctrinación, exigiendo un “equilibrio ideológico”, ese mismo equilibrio que no le exigen a las corporaciones que monopolizan el poder financiero y, en consecuencia, político, mediático y hasta teológico. Desde hace generaciones, las estadísticas muestran que en Estados Unidos (como en casi todo el mundo), los profesores tienen ideas más de izquierda que el resto de la sociedad. Basta con mirar un mapa electoral para ver que esas islas de izquierdistas coinciden con los campus universitarios, rodeadas de mares de derechistas―cuando no neofascistas y miembros del KKK, como me tocó en Pensilvania. 
 Esta excepcionalidad siempre crispó el ánimo de los conservadores en el poder, quienes, derrotados por siglos en el mundo de las ideas, han reclamado siempre legislar para eliminar la libertad de cátedra. En 2004 escribíamos sobre las pretensiones de los legisladores de Georgia de “equilibrar el currículum” de las universidades obligando a los profesores a enseñar la Teoría Creacionista junto con la Teoría de la Evolución. El poder hegemónico promueve la libertad de mercado porque nadie puede competir libremente con su poder financiero, pero como han sido desde siempre un fracaso académico, se sienten mal con la libertad de cátedra. No aceptan la regulación del mercado, pero exigen la regulación de cátedra. 
 El argumento es que los profesores adoctrinan a la juventud, a una minoría de la juventud que ya tiene edad para beber alcohol, mirar pornografía y ser enviada a la guerra a matar y morir. Nada se dice de la adoctrinación de niños en edad preescolar enviados a los templos religiosos y a los templos mediáticos para una verdadera adoctrinación. 
 Los libertarios ganan elecciones gritando libertad y gobiernan prohibiendo. En el siglo XIX, los esclavistas reconocían el derecho a la libertad de expresión, hasta que algunos comenzaron a escribir contra la esclavitud. A partir de entonces, comenzaron a prohibir libros, luego autores y, más tarde, los metieron en las cárceles de la democracia. Lo mismo comenzamos a vivir en Florida, Texas y otros estados hace unos años bajo gobiernos libertarios. Muy orgullosos de la libertad de expresión, hasta que los autores y las ideas inconvenientes comenzaron a ganar terreno en la población y las llamaron adoctrinamiento. 
 Esta obscena asociación Jesús-Mamón y la doctrina de “los profesores adoctrinan a los estudiantes” se ha revitalizado en las colonias estratégicamente endeudadas. La comercialización de la vida concluye que un pensador es bueno si aumenta el ingreso monetario del lector. Si no, son empobrecedores. Pobreza y riqueza sólo se refieren a su valor de cambio. 
 Este fanatismo y su necesaria infantilización de la sociedad están llegando a las universidades, uno de los últimos reductos donde el poder mercantilista no tenía el monopolio. Todo en nombre de la diversidad ideológica y del derecho de los estudiantes a afirmar que la Tierra es plana.
 Cada vez más se confunde una universidad con un supermercado, donde el poder terraplanista del lumpenado no entra para ser desafiado en sus convicciones, sino para comprar lo que quiere y exigir satisfacción por su dinero. Así han convertido a los estudiantes en clientes, y de ahí la necesidad de privatizar la educación para convertirla en reductos de libertad―del poder para adoctrinar más esclavos. Esta es una tradición que se remonta a siglos atrás, incluso hasta Sócrates, quien fue ejecutado por la democracia ateniense acusado ser ateo, antidemocrático, y de lavar el cerebro de los jóvenes enseñándoles a cuestionar las verdades establecidas. 
 Por su parte, la izquierda, que siempre fue combativa desde sus pocas trincheras disponibles, se ha vuelto políticamente correcta, insoportablemente tímida, virginal, invirtiendo toda su sensibilidad en la micropolítica de las identidades. Mientras, los más viscerales fanáticos de derecha (recursos del incontestable poder financiero del Norte) continúan ganando elecciones. Los pueblos han sido desmovilizados y convertidos en consumidores. Han sido fragmentados para que consuman más. Las familias extendidas sólo compraban un televisor, no tres o cuatro (y hablan entre ellos), por lo que la fragmentación y la alienación de las relaciones sociales fue un recurso conveniente del capitalismo consumista. Divide, gobernarás y ellos consumirán más. 
 El orgullo de la elocuencia vacía acaparó los medios, luego la política, y ahora van por las universidades. Tienen muchas posibilidades de destruirlas, como los godos y vándalos destruyeron civilizaciones muchos más avanzadas. Lo peor que podemos hacer, como académicos, como activistas sociales o como políticos es responderles con timidez; confundir la lucha de clases de la izquierda con el odio de clases de la derecha.
 Desde hace siglos, los conservadores (hoy libertos) se quejan de que no están bien representados en las universidades. Se insultan a sí mismos y no lo ven. La solución es simple: pónganse a estudiar, carajo. Pero no; están demasiado ocupados pensando cómo van a hacer mucho dinero para convertirse en jefes y luego quejarse de que las universidades están infiltradas y no los representan. Claro que si alguien ama el dinero no va a ser tan tonto como para dedicar una vida a estudiar y hacer investigaciones por las cuales recibirá poco o ningún dinero. Es más fácil convertirse en un entrepreneur y robar los pocos éxitos finales de esos largos años de investigación gratuita, llena de fracasos, realizadas por “fracasados con el cerebro lavado”.

 Jorge Majfud | 06/04/2024 | 

sábado, 27 de abril de 2024

Elon Musk y la dictadura de la libertad feudal


Desde finales del siglo pasado, en ocasiones he repetido cinco o seis ejercicios muy simples en salones de clase de distintos países con estudiantes de distintas culturas, edades y clases sociales―con el mismo resultado. 

 Uno (inspirado en África) se refiere a la clasificación de figuras geométricas, donde siempre vemos las diferencias y nunca lo que tienen en común. 
 En otro, en Estados Unidos, les dibujo un cubo en la pizarra y, al preguntar qué ven, por unanimidad afirman que se trata de un cubo. Obviamente, no es un cubo, sino tres rombos juntos. 
 A la pregunta de qué colores son el cielo y el sol, las respuestas también han sido unánimes, por años. Pero la respuesta repetitiva es una pregunta: “¿Profesor, también nos va a decir que el cielo no es celeste y el sol no es amarillo?” Al fin y al cabo, así son en las banderas, en los dibujos infantiles y en cualquier otra representación que no sea arte moderno―eso que le hacía hervir la sangre a Hitler. Algo que no ha cambiado mucho hoy.
 Está de más decir que no siempre el cielo es celeste y que el Sol nunca es amarillo. No sólo es blanco, sino que los colores dominantes son el azul y el violeta. En cualquier caso, los ejemplos demuestran que no podemos ver el mundo objetivo sin pasarlo por el lente de nuestra comprensión, el cual está teñido por los prejuicios de una sociedad, de una civilización. Un caso más biológico radica en la percepción del inexistente color amarillo en las pantallas de televisión, pero aún así es una ilusión. 
 La pregunta “¿por qué el Sol es amarillo?” inocula al interlocutor con un hecho falso, distrayéndolo con la búsqueda de la respuesta correcta. Lo mismo ocurre ante la pregunta “¿por qué murió el socialismo?” Aún más decisivo que en la física cuántica y relativista, en el mundo humano el observador cambia la realidad que observa. Más cuando usa un lenguaje plagado de ideoléxicos. 
 Hoy, un estudiante me preguntó: “¿Por qué Brasil está al borde de una dictadura?” ¿Por qué no Argentina o Ecuador? ¿Por qué el Sol es amarillo? Recordé los repetidos ataques de Elon Musk al presidente Lula de Brasil por su osadía de cuestionar los efectos medioambientales de la empresa tiracuetes del magnate. 
 Esta discusión escaló con la investigación y orden de un fiscal brasileño de bloquear algunas cuentas en X (Twitter), por considerarlas “milicias digitales”. Como comandante en jefe de las milicias digitales, Elon Musk solicitó la renuncia del ministro del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Alexandre de Moraes, y volvió a repetir el discurso sobre La libertad―carajo. 
 No voy a volver sobre los mercenarios que deciden elecciones desde principios de siglo y cuya avanzada en 2010 estuvo en Ucrania, según advirtieron los especialistas antes de la guerra de 2022. Sí, quiero repetir que no hay democracia con una concentración extrema de capitales y sin trasparencia de los medios, por lo cual propusimos comités internacionales de expertos para monitorear algoritmos, etc.
“Soy un absolutista de la libertad de expresión”, repitió Musk. ¿La prueba? En sus redes, un humilde maestro de Angola tiene la misma posibilidad de publicar que él. Nada dice sobre lo más obvio: cada vez que él promociona su ideología mercantilista en X, la red más política del mundo, automáticamente es consumida por millones de personas. Es el mismo concepto de libertad de los esclavistas: por libertad se referían a su libertad, que es la que garantizaba el bienestar universal.
 El mismo día, Musk publicó una gráfica donde se ve la caída de audiencia de la Radio Pública Nacional de Estados Unidos, festejando que la única cadena no comercial de Estados Unidos que sobrevive, se esté muriendo, gracias a los recortes de los sucesivos gobiernos.
 NPR es la única que todavía tiene programas periodísticos con contenido y de investigación, más allá de que discrepemos con muchos de sus criterios al exponer algunos temas. En sus inicios, y luego de décadas de desarrollo, la mayoría de las estaciones de radio en Estados Unidos eran públicas o estaciones universitarias, no comerciales. A pesar de que la mayoría de la población se oponía, un lobby agresivo logró privatizarlas en los años 30 y luego creó una nueva mayoría a su favor. Clásico.
 Cerremos con una reflexión sintética. El modelo ideológico y cultural de la derecha es el modelo económico en el cual la prosperidad no es un juego de suma cero. La prosperidad de un grupo dominante podría significar una prosperidad menor de otros grupos. La idea es razonable: en una plantación próspera del siglo XVIII o XIX los esclavos eran mejor alimentados que en otra mal administrada o menos cruel. Pero en ambos casos eran esclavos, y la libertad de expresión estaba protegida por la Constitución. Incluso la constitución de la Confederación esclavista incluía la protección de esta libertad, porque era bienvenida siempre y cuando fuese una decoración democrática y no una amenaza real al poder dominante. Cuando los escritos antiesclavistas se convirtieron en una amenaza, los esclavistas le pusieron precio a las cabezas de los escritores y cerraron sus periódicos. Lo mismo hacen los libertarios del siglo XXI. En Estados Unidos llevan prohibiendo más de 4.000 libros incómodos, porque sus ideas comenzaron a ser aceptadas por demasiada gente. 
 Diferente, en una democracia real no funciona ese modelo, por lo cual las dictaduras han sido los sistemas preferidos del capitalismo, excepto cuando podía controlar las democracias, como fue el caso de imperios vampirescos de Noroccidente. 
 Una democracia real es un juego de suma cero. Cuanto más poder tiene un grupo, ese poder es en desmedro del poder de los demás. La libertad depende del poder que un grupo o un individuo tienen en una sociedad. Desde la Era Moderna, el poder depende del dinero virtual. Cuanto más dinero, más poder. Cuanto más poder, más libertad propia y menos libertad ajena. De ahí la incomodidad de la igual-libertad, porque ésta exige distribución del poder (político, económico y social).
 A la Era Progresista en Estados Unidos siguió una orgía privatizadora y cleptocrática de los millonarios en los 20, la que terminó con la Gran Depresión y el fascismo en Europa. Luego otra ola de izquierda socialdemócrata para salir del caos, desde el F. D. Roosevelt de la preguerra, los Estados de bienestar en la Europa de posguerra y la rebelión de los marginados y colonizados del mundo en los 50. Hasta que se logró detener los peligrosos años 60 e imponer la dictadura de “la libertad conservadora” de los años 80. La libertad del esclavista, del dueño de los medios y de los fines que vivimos hoy.
 Pero, cuidado. Todo eso también tiene fecha de vencimiento. El fin de la cleptocracia de los Jeff Bezos, Elon Musk y BlackRock tiene los días contados. Si es por las buenas mejor. Si no, será por las malas, como nos enseña la historia que los profetas del poder se encargan siempre de negar. 

 Jorge Majfud | 11/04/2024

jueves, 25 de abril de 2024

La juventud universitaria de Estados Unidos se rebela contra el genocidio palestino


Demócratas y republicanos cierran filas en favor del sionismo. 

 Una creciente movilización de la juventud universitaria ha invadido los campus y calles de las distintas casas de estudios a lo largo y ancho de los Estados Unidos. El centro de las movilizaciones y acciones ha sido tomado por los estudiantes de la Universidad de Columbia, quienes el pasado jueves 18 sufrieron una feroz represión - que llevó a la detención de 100 estudiantes, docentes y otros manifestantes - habilitada por el gobierno de Nueva York y su propia rectora, Minouche Shafik. 
 Lo que pretendía ser una acción aleccionadora fue el comienzo de una rebelión que se va generalizando en diversas universidades del país, con epicentro en Nueva York. En los últimos días, cientos de estudiantes fueron detenidos en Columbia, Yale, la Universidad de Nueva York (NYU, por sus siglas en inglés) así como se han instalado campamentos y líneas de piquetes en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), Emerson, Tufts, Brown o Stanford en la costa oeste. Así como en Michigan, Boston y otras ciudades. (El País, 22/04) 
 Los demócratas y republicanos, nucleados en el Comité de Educación, han convertido las citas a diversos rectores en una casa de brujas y el llamado a realizar una purga de estudiantes y docentes que no se alineen con la política genocida del sionismo. Allí quienes más han utilizado el recurso del “antisemitismo” son los diputados alineados a Trump, un supremacista declarado. Estas convocatorias han generado las renuncias de las rectoras de Harvard y Boston. Ahora, se ha iniciado una campaña contra la rectora de Columbia por su “permisividad” ante los grupos propalestinos.
 La intromisión policial, habilitada por la propia rectora de Columbia, es la primera acción policial en los campus universitarios desde 1968 cuando la juventud universitaria se levantó en masa contra la guerra de Vietnam. Los estudiantes y docentes denuncian que sufren una persecución de parte de las autoridades, quienes han decidido desde suspender clases presenciales, cerrar los campus, suspender a estudiantes hasta su expulsión o inhabilitación por tiempo indefinido hasta que reconozcan sus “actos antisemitas.” 
 Joe Biden ha celebrado estas persecuciones al asegurar en un comunicado de la Casa Blanca el pasado domingo, que no puede permitirse el “antisemitismo flagrante, censurable y peligroso, que no tiene cabida en absoluto en los campus universitarios ni en ningún lugar de nuestro país." (Clarín, 23/04)
 Los grupos constituidos en cada universidad han demostrado una amplía composición de estudiantes y docentes pertenecientes a la comunidad judía. Lo que ha terminado por tirar por el suelo la provocación de la derecha republicana y los grupos trumpistas. Es un golpe político al sionismo y sus aliados internacionales en su empresa bélica. "Hoy es el discurso sobre Israel-Palestina. La semana que viene, será sobre la raza, el género, las vacunas o el clima", asegura el profesor Joseph Howley de Columbia y perteneciente al comité de solidaridad con Palestina. (Clarín, 23/04) 
 El gobierno de Biden viene sufriendo un distanciamiento cada vez mayor con la juventud, sobre todo la universitaria que históricamente se ha volcado en las elecciones por un voto progresista. Algo que ha puesto en jaque su propia campaña por la reelección. Sucede que las reivindicaciones de los estudiantes van desde la exigencia de comunicados oficiales de las universidades condenando el genocidio palestino y la exigencia inmediata de un cese al fuego hasta el reclamo por la cancelación de todos los contratos de investigación y desarrollo destinados a empresas israelies, armamentisticas o que tengan aplicación práctica en el terreno de combate. (El País, Los Angeles Times, CNN) 
 Tomado en su conjunto, el movimiento ascendente de la juventud estadounidense, empalma como un rechazo consciente a la empresa bélica del sionismo con la complicidad de Estados Unidos y un rechazo, más general, a la guerra mundial que la OTAN ha expandido por todo el planeta con epicentro en Europa y Medio Oriente, requisito previo para una ofensiva total sobre China.
 Este quiebre, al igual que en el pasado durante la guerra de Vietnam, muestra el profundo desequilibrio del imperialismo estadounidense en su “frente interno”. A todo este torrente, se le suman una camada de jóvenes activistas fabriles y sindicales junto a un renacimiento de los movimientos de la juventud negra (Black Lives Matters) y la mujer.
 Esta primavera de la juventud estadounidense es un revulsivo sobre el conjunto de la situación política. La puesta en movimiento de las fuerzas elementales de la juventud ante el planteo de la guerra y la reacción política de un imperialismo decadente. 

Joaquín Antúnez
 24/04/2024

miércoles, 24 de abril de 2024

Los sionistas preparan la masacre en Rafah mientras se hallan cientos de palestinos enterrados en fosas comunes


Equipos de defensa civil palestina encontraron el domingo una fosa común en el interior del Complejo Médico Nasser de Khan Younis, en el sur de Gaza. La mayoría de los 300 cadáveres de niños, mujeres y ancianos proceden sólo de una de las por lo menos tres fosas comunes encontradas en el lugar. "Esperamos hallar otros 200 cadáveres en la misma fosa en los próximos dos días, antes de empezar a trabajar en las otras dos", declaró a Reuters Ismail Al-Thawabta, director de comunicación del gobierno de Hamás.
 Yamen Abu Suleiman, director de Defensa Civil en Khan Younis, dijo a CNN que algunos cadáveres tenían las manos y los pies atados, “y había señales de ejecuciones sumarias. No sabemos si fueron enterrados vivos o si fueron ejecutados”. Otros "estaban sin ropa, lo que sin duda indica que fueron detenidos y torturados antes de que los mataran", agregó. También había cadáveres con uniforme del personal de salud o vendados, lo que hace presumir que ejecutaron a médicos y pacientes. 
 Las tropas de ocupación sionistas asaltaron en la noche del 14 al 15 de febrero las instalaciones del hospital Nasser, el mayor complejo hospitalario del sur de la Franja, y tomaron el control durante semanas A pesar de los pedidos de clemencia de Médicos Sin Fronteras, ordenaron la evacuación de miles personas desplazadas que se refugiaban en el hospital. Se retiraron el 7 de abril, dejando la ciudad en ruinas.
 Aparentemente, el ejercito sionista “también desenterró cadáveres para buscar rehenes de Israel, hicieron pruebas de ADN y después mezclaron todos los cadáveres”, explicaron algunos pobladores que buscan los restos de sus familiares. Israel negó haber hecho fosas comunes pero admitió que sacó docenas de cuerpos para realizar pruebas de ADN, “antes de devolver los restos en contenedores” (CNN 22/4).
 Estas no son las primeras fosas comunes que hace el ejército sionista para ocultar asesinatos masivos de civiles. La semana pasada se encontró una nueva fosa común en el hospital Al Shifa, el complejo sanitario más grande de Palestina que fue reducido a escombros. Israel ha convertido los hospitales de Gaza en campos de exterminio. 
 Mientras muchas personas esperaban en el patio del hospital Nasser reconocer los restos de sus familiares para volver a enterrarlos, el lunes los tanques sionistas volvieron a ingresar a Khan Younis. También prosiguen los ataques aéreos en la ciudad de Rafah, donde las incursiones nocturnas mataron el domingo a 22 personas, entre ellas 18 niños. 
 Los principales medios de comunicación estadounidenses han ocultado la existencia de fosas comunes. Por ejemplo, los tres principales periódicos estadounidenses, el New York Times, el Washington Post y el Wall Street Journal (WSWS 23/4). Los crímenes de guerra debilitarían la furiosa campaña del gobierno y todo el establishment contra los estudiantes y docentes propalestinos. 
 Sin embargo, el descrédito del Estado sionista es ilevantable. Volker Türk, alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, se ha mostrado “horrorizado” y exigió una investigación “creíble e independiente” sobre “el hallazgo de fosas comunes frente a varios hospitales con centenares de cadáveres”.
 Por otra parte, una investigación independiente encargada por el secretario general de la ONU, António Guterres, ha concluido que “Israel no aportó pruebas que demuestren que personal de la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, esté vinculado a organizaciones islamistas como Hamás”. 
 No solo eso: la UNRWA citó el testimonio de trabajadores de la agencia que estuvieron presos por el ejército y fueron obligados a confesar falsamente que habían participado en el ataque del 7 de octubre. Para “convencerlos” los sometieron a “golpizas por parte de interrogadores y médicos que trabajaban con el ejército, así como ataques de perros y amenazas de violación y asesinato".
 Las falsas acusaciones israelíes fueron la excusa para que 16 países cortaran las contribuciones a la UNRWA, que es el principal canal de ayuda humanitaria no solo para los palestinos de Gaza, sino para las comunidades de refugiados palestinos de toda la región.
 Aunque el cínico del secretario de Estado Anthony Blinken afirmó que Estados Unidos “está preocupado” por supuestas violaciones a los derechos humanos en Gaza, las investigaciones que confirman torturas, falsificación de información, ejecuciones sumarias masivas y fosas comunes, se producen en un momento en que Estados Unidos aprobó 13.000 millones de dólares en ayuda militar, dando luz verde a Israel para que continúe el genocidio. La Cámara de Representantes de Estados Unidos votó otros $26 mil millones en nueva ayuda militar.

 La masacre anunciada

 Un comunicado de la Casa Blanca, este lunes, confirmó el aval de Biden a la avanzada sionista sobre Rafah, más allá de sus mentirosos rezongos. En reuniones de alto nivel, Estados Unidos e Israel “acordaron el objetivo compartido de ver a Hamás derrotado en Rafah", dijeron. El Wall Street Journal informó cómo piensan llevar a cabo la masacre.
 Israel comenzará inmediatamente a desplazar a la población de Rafah -por lo menos 1,5 millón de refugiados- para preparar un asalto definitivo. Se supone que los ubicará en tiendas de campaña en Khan Younis y otras ciudades. 
 La operación, dice el Wall Street Journal, “duraría dos o tres semanas y se realizaría en coordinación con Estados Unidos, Egipto y otros países árabes como los Emiratos Árabes Unidos". Después se tomarían otras seis semanas para reducirla a polvo mientras buscan rehenes y comandos de Hamás. 
 El informe llegó mientras el portavoz del Departamento de Estado de EE. UU. Matthew Miller, dijo: "No queremos ver a los palestinos evacuados de Rafah a menos que sea para regresar a sus hogares" (Times Of Israel 23/4).
 La rebelión de los estudiantes y docentes norteamericanos contra su gobierno, los bloqueos a las fábricas de armas es el camino para frenar el genocidio palestino y para derrotar a sus cómplices. 

 Olga Cristóbal 
 23/04/2024

lunes, 22 de abril de 2024

Intervencionismo yanqui: si capturo al culpable de tanto desastre lo va a lamentar.


Periodismo independiente prohíbe llamar genocida a Israel


EE.UU. cómplice de genocidio


Washington usó su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para sabotear el ingreso de Palestina como miembro de pleno derecho de Naciones Unidas en el marco de un proceso que llevaba paralizado desde 2011. Pese al abrumador apoyo de 12 de los 15 integrantes del Consejo, a los palestinos se les seguirá negando el derecho a tener su propio Estado y deberán conformarse con el estatus de observador no miembro que tienen desde 2012. Resulta muy significativo que la última vez que un país vetó el ingreso de otro a la ONU fue en 1976, cuando el propio Estados Unidos impidió la admisión de Vietnam tras haber perpetrado el genocidio de más de 3 millones de vietnamitas, de haber arrojado sobre esa nación campesina más bombas que todas las que se emplearon en la Segunda Guerra Mundial y de cometer uno de los mayores crímenes ambientales de la historia: el lanzamiento de napalm y otros agentes químicos que mantendrán la tierra envenenada durante siglos. 
 Como denunció la Autoridad Nacional Palestina, se trata de un boicot inmoral, injusto e injustificado, que muestra el desprecio de Washington por la vida humana y por la voluntad de la comunidad internacional. Y, en efecto, la agresiva política estadunidense hacia Palestina, su pueblo y sus derechos legítimos representa una agresión evidente contra el derecho internacional humanitario, y alienta la continuación de la guerra genocida israelí contra la población en la franja de Gaza y Cisjordania. Al respecto, debe remarcarse que la masacre no afecta únicamente a los gazatíes, sino que los colonos israelíes establecidos de manera ilegal en Cisjordania asesinan de forma tan rutinaria como impune a la población árabe que sobrevive en los jirones de tierra que la potencia colonial no les ha robado todavía.
 El reconocimiento de Palestina como integrante de pleno derecho en la ONU no sólo es un derecho inalienable de su pueblo, sino un auténtico asunto de vida o muerte: en momentos en que sus hogares son arrasados y sus vidas segadas por las bombas, las balas y el hambre convertida en arma, la membresía en ese organismo les brindaría un inestimable recurso de defensa diplomática. Asimismo, haría posible la acción solidaria de organismos y estados que no se encuentran alineados con el sionismo y sus planes de limpieza étnica. 
 Al impedir este alivio mínimo a bebés, niños, mujeres, ancianos y hombres inocentes que mueren cada hora bajo la agresión israelí, Estados Unidos desnuda la hipocresía y el sadismo que guían su política exterior. La crueldad es tal, que la Casa Blanca cierra a los palestinos cualquier oportunidad de defenderse al mismo tiempo que impulsa el envío de 26 mil millones de dólares en ayuda militar a Tel Aviv; es decir, otorga un veto para atarlos y misiles para matarlos. Ante estos hechos, sólo queda concluir que Washington es el principal patrocinador y cómplice del genocidio contra el pueblo palestino, el más terrible del siglo XXI y el primero transmitido en tiempo real para oprobio imborrable de Occidente.

 Editorial de "La Jornada" | 20/04/2024